Más de 75 organizaciones ambientalistas, de la sociedad civil, iglesias históricas, indígenas, organizaciones sociales, juveniles, de mujeres, comunidades de diversas partes del país realizaron la XXIII Caminata Ecológica.
En el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, que se conmemora cada 5 de junio, cientos de personas exigieron al Estado salvadoreño acciones para el cuidado, preservación y protección del medio ambiente.
El lema de la caminata para este año fue: La casa común clama justicia. Gloria Cruz, del Foro del Agua, señala que es necesario denunciar los proyectos desarrollistas que están afectando los ecosistemas.
La caminata salió del Parque Cuscatlán hacia Casa Presidencial. Sin embargo, fue detenida en la Alameda Manuel Enrique Araujo, a la altura del Parque de Pelota, con una barricada para que las organizaciones no pasaran hasta Casa Presidencial.
Silverio Morales, representante de los pueblos indígenas, afirmó que los funcionarios de gobierno son empleados del pueblo, por lo que no deberían mantener el bloqueo a las marchas ecológicas, tal como lo hicieron gobiernos anteriores. Además, lamentó que el Estado salvadoreño no proteja el medio ambiente y que de tantas destrucciones, van a convertir en desierto al país.
En el centro de las exigencias de la caminata ecológica estuvo la exigencia al respeto a la labor de los defensores y defensoras del medio ambiente, que no se les criminalice como se ha hecho con los ambientalistas de Santa Marta, quienes han luchado por la prohibición de la minería metálica en el país y fueron capturados de manera arbitraria.
En la Caminata Ecológica cientos de personas exigieron al Estado salvadoreño la prohibición de la minería metálica, la no privatización del agua, no más extracción de bienes naturales y la justicia ambiental.
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