En Estados Unidos, el huracán Laura llegó al estado de Luisiana de ayer jueves como una tormenta de categoría 4 extremadamente peligrosa, con marejadas ciclónicas de hasta seis metros de altura y vientos sostenidos de más de 240 kilómetros por hora.
Laura, que constituye la tormenta más intensa en Luisiana en más de un siglo, tocó tierra al sur de la ciudad de Lake Charles próximo a las horas de marea alta. La tormenta provocó lo que los meteorólogos denominaron un muro de agua “imposible de sobrevivir” tan alto como un edificio de dos pisos.
Cientos de miles de personas fueron evacuadas antes de la tormenta, pero los trabajadores de servicios de emergencia afirman que 150 residentes de la parroquia de Cameron se negaron a dejar sus hogares. Mientras la tormenta azotaba el Golfo de Estados Unidos, la industria del petróleo y el gas se apresuró a cerrar unas 300 plataformas de perforación en alta mar, retirando del mercado más de un millón y medio de barriles de petróleo por día y aumentando el temor sobre posibles nuevos derrames petroleros.
La tormenta llegó casi 15 años después de que Katrina azotara el sureste de Luisiana, dejando el 80% de la ciudad de Nueva Orleans bajo el agua. Se trata de la séptima tormenta que toca tierra en Estados Unidos en lo que va del año, un número récord sin precedentes para fines de agosto.
(fotografía e información tomados de NASA y NOAA)
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