La semana pasada se reanudo el esfuerzo de centenares de hondureños-as que intentaban salir de su país como parte de una Caravana, similar a las que realizado desde 2018, para alcanzar la seguridad y una vida mejor en el Norte.
Sumado a los desafíos preexistentes de violencia endémica, los duros efectos del cambio climático y la pobreza en gran parte del país, muchos ahora también se encuentran en una situación desesperada como consecuencia del brote de COVID-19, que ha golpeado a los sectores mas pobres del país. sistema de salud y economía, dejando a muchos hondureños en la indigencia, marginalidad y temiendo por su futuro.
Desafortunadamente, se han encontrado con una dura respuesta de los gobiernos de Guatemala y México, quienes se han mostrado decididos a cumplir las ordenes de Washington de detener y deportar a cualquier "extranjero" que ingrese al país sin la documentación adecuada, violando los acuerdos regionales de libre circulación existentes, y han estado utilizando la salud pública como argumento contra los extranjeros, incitando a la opinión pública contra los migrantes como una amenaza potencial.
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